En Cádiz en el Barrio de la Viña, en la calle de La Palma
esquina con San Pablo había un bar que se llamaba "Carapapa"
que cerraba sus puertas y a dentro se quedaba siempre dos chavales
que pasaban las tardes dentro de aquel bar cantando Carnavales
y cerraban sus ojos y a bombo y caja esos niños soñaban
y se imaginaban cantando en el falla
aquellos dos chiquillos que con los nudillos en sus mostradores
las horas se pasaban mientras jugaban a ser autores
no imaginaban que aquel bar Carapapa que cantando sus coplas
un dia cumplirían las bodas de plata
en este veinticinco aniversario brindo por las gargantas
que dieron el alma cantando mis coplas por los escenarios
y aunque en algún momento haya sufrido
me quedo con lo bueno de cada Febrero
porque es infinito lo que he recibido
si en mi sangre esta el veneno y hay un remedio no lo querría
si mil veces muriera y otra vez naciera mil veces lo haría
aunque mis manos han tocado la gloria en el carnaval
jamás en la vida se me olvidara que en calle la Palma
en el bar Carapapa empezó en sus mostradores
la historia de dos chiquillos que soñaban ser autores
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